Everyday Stewardship ~ Recognize God in Your Ordinary Moments

Therein lies the…rib

“If I were God…” is a dangerous way to start a sentence, but how many of us do this? Probably more regularly than we would like to admit. Even if we don’t verbalize the sentiment, we likely think it from time to time. Most of us finish that statement with some genius, original idea for eradicating difficulty and pain from the world. If I were God, I wouldn’t let anyone go hungry. If I were God, all wealth would be equally distributed. If I were God, war wouldn’t exist.

I imagine that, when we think thoughts like these, God shakes His head and wonders why we don’t look a little harder at the whole of His creation — because I can promise you, it’s never lacking.

When Adam had a need for a companion, God used what was available: Adam’s rib. Everything that He had put into place was already perfect, already complete. Woman was a new creation, but not a new species. Adam searched through all of creation to find the perfect mate, but God had tucked the answer inside of His creation all along.

I’m guilty of it as much as anyone else — looking to Heaven with a chip on my shoulder. “Why haven’t you sent me what I need? I’ve been asking over and over again.” But have I even thought to look inside of myself?

Where is the rib you are missing today? What are the opportunities God has set before you? What are the needs that He is ready to fulfill, if only you would stop wasting time lamenting all the solutions that don’t fit the bill?

— Tracy Earl Welliver, MTS

©LPi

LA CORRESPONSABILIDAD DIARIA ~ RECONOCER A DIOS EN LOS MOMENTOS ORDINARIOS (Everyday Stewardship)

Ahí está la…costilla

“Si yo fuera Dios…” es una forma peligrosa de comenzar una oración, pero ¿cuántos de nosotros hacemos esto? Probablemente con más regularidad de lo que nos gustaría admitir. Incluso si no verbalizamos el sentimiento, es probable que lo pensemos de vez en cuando. La mayoría de nosotros terminamos esa afirmación con alguna idea genial y original para erradicar la dificultad y el dolor del mundo. Si yo fuera Dios, no dejaría que nadie pasara hambre. Si yo fuera Dios, toda la riqueza se distribuiría por igual. Si yo fuera Dios, la guerra no existiría.

Me imagino que, cuando pensamos pensamientos como estos, Dios mueve la cabeza y se pregunta por qué no miramos un poco más a la totalidad de Su creación, porque puedo prometerte que nunca es insuficiente.

Cuando Adán necesitaba una compañera, Dios usó lo que estaba disponible: la costilla de Adán. Todo lo que había puesto en su lugar ya era perfecto, ya estaba completo. La mujer era una nueva creación, pero no una nueva especie. Adán buscó en toda la creación para encontrar la pareja perfecta, pero Dios había escondido la respuesta dentro de Su creación todo el tiempo.

Soy tan culpable como cualquier otra persona: mirando al cielo con una estilla en el hombro. “¿Por qué no me enviaste lo que necesito? Te lo he estado preguntando una y otra vez.” Pero ¿he pensado siquiera en mirar dentro de mí?

¿Dónde está la costilla que te falta hoy? ¿Cuáles son las oportunidades que Dios ha puesto delante de ti? ¿Cuáles son las necesidades que Él está dispuesto a satisfacer, si dejaras de perder el tiempo lamentándote de todas las soluciones que no se ajustan a tus necesidades?

— Tracy Earl Welliver, MTS

©LPi