Training for the Race
If you were going to run a race, wouldn’t you need to train? My wife is not a runner, but a few years back, she wanted to participate in a race with my youngest son. She embarked on a journey which included a healthy diet, exercise, and a lot of running. After several months, she was ready. The race came and went but what remained was a sense of accomplishment. She would have never made it through that event if not for her training. When the time came, she was ready.
Our life in Christ is a race of sorts. It is not a race that starts and stops again and again but one that continues from our baptism until eternal life with him (hopefully). Even though we never stop the race, we do have moments where we need to hydrate, take nourishment, and gain strength. That’s what we do at the Mass and in our parish community. It is in our parish where we find what we need to keep running that race.
The problem is that too many assume we only are running the race when we are involved with the parish. Living out our discipleship in stewardship is not only to be done in the Church. In fact, what we do in the Church is to prepare us for what we are called to do during all the times we are not at Church. We encounter Christ in his Church so that we may bring him into a world that needs him. In community, we train and take nourishment so that we have any chance of running the race every day. Don’t let your stewardship stop at the church doors. Outside those doors, the race is on!
— Tracy Earl Welliver
©LPi
LA ORRESPONSABILIDAD DIARIA ~ RECONOCE A DIOS EN TUS MOMENTOS ORDINARIOS
Entrenamiento para la Carrera
Si fueras a correr una carrera, ¿no necesitarías entrenar? Mi esposa no es una corredora, pero hace unos años atrás quería participar en una carrera con mi hijo menor. Se embarcó en un viaje que incluía una dieta saludable, ejercicio y correr bastante. Después de varios meses, ella estaba lista. La carrera vino y se fue, pero lo que quedó fue una sensación de logro. Ella nunca hubiera superado ese evento si no hubiera sido por su entrenamiento. Cuando llegó el momento, ella estaba lista.
Nuestra vida en Cristo es una especie de carrera. No es una carrera que comienza y se detiene una y otra vez, sino una que continúa desde nuestro bautismo hasta la vida eterna con él (eso espero). Aunque nunca detenemos la carrera, si tenemos momentos en los que necesitamos hidratarnos, nutrirnos y tomar fuerza. Eso es lo que hacemos en la misa y en nuestra comunidad parroquial. Es en nuestra parroquia donde encontramos lo que necesitamos para seguir corriendo esa carrera.
El problema es que muchos asumen que solo estamos corriendo la carrera cuando estamos involucrados con la parroquia. Vivir nuestro discipulado en la corresponsabilidad no solo debe hacerse en la Iglesia. De hecho, lo que hacemos en la Iglesia es prepararnos para lo que estamos llamados a hacer en todos los momentos en que no estamos en la Iglesia. Nos encontramos con Cristo en su Iglesia para que podamos llevarlo a un mundo que lo necesita. En comunidad, entrenamos y nos alimentamos para que podamos tener la oportunidad de correr la carrera todos los días. No dejes que tu corresponsabilidad se detenga en las puertas de la iglesia. Fuera de esas puertas, ¡la carrera está en marcha!
— Tracy Earl Welliver
© LPi