Everyday Stewardship ~ Recognize God in Your Ordinary Moments
January 16, 2021
Christ Is Anything but Ordinary
We’re about to dive headlong into week two of Ordinary Time, and we need to admit, after the hustle and bustle of the holidays, things are indeed looking more … ordinary, at least in our spiritual lives.
The transcendent highs of the Christmas season are flatlining a bit and the vivid imagery of the Nativity scene has faded. The solemn anticipation of the Advent season is by now a distant memory.
Are you bored yet?
Here’s a secret: I think that Ordinary Time can actually be quite extraordinary, if we’re really living out our baptismal call.
In today’s Gospel, Jesus point-blank asks Andrew, who is following him after hearing John the Baptist’s testimony: “What are you looking for?” He’s asking us the same question.
What are you looking for? Why are you following me? Is it for the Christmas cookies and the Advent carols? Is it for the King’s Cake on the Epiphany? Is it for the feeling we get on Christmas when we just know God has done a wondrous thing?
None of those things are bad, but they are not what Andrew was looking for, and they were not what Christ promised him when he said, “Come, and you will see.” Andrew was looking for the Messiah — the One who makes even Ordinary Time extraordinary. The One who can sanctify the longest and dullest of to-do lists, on the longest and dullest of days. The One whose peace can reign in our homes on January 25, not just December 25.
Remember what you are looking for. Come, and you will see.
— Tracy Earl Welliver, MTS
©LPi
LA CORRESPONSABILIDAD DIARIA ~ RECONOCER A DIOS EN LOS MOMENTOS ORDINARIOS (Everyday Stewardship)
Cristo es Cualquier Cosa Menos Ordinario
Estamos a punto de sumergirnos de lleno en la segunda semana del Tiempo Ordinario, y debemos admitir que, después del ajetreo y el bullicio de las vacaciones, las cosas se ven más … ordinarias, al menos en nuestra vida espiritual.
Las alturas trascendentes de la temporada navideña se estancan un poco y las imágenes impresionantes del pesebre se han desvanecido. La solemne anticipación del tiempo de Adviento es ahora un recuerdo lejano.
¿Estás aburrido?
Aquí hay un secreto: creo que el Tiempo Ordinario puede ser realmente extraordinario, si realmente estamos viviendo nuestro llamado bautismal.
En el Evangelio de hoy, Jesús le pregunta sin rodeos a Andrés, que lo sigue después de escuchar el testimonio de Juan el Bautista: “¿Qué estás buscando?” Nos está haciendo la misma pregunta.
¿Qué estás buscando? ¿Por qué me estás siguiendo? ¿Es por las galletas de Navidad y los villancicos de Adviento? ¿Es por la rosca de reyes en la Epifanía? ¿Es por el sentimiento que tenemos en Navidad cuando simplemente sabemos que Dios ha hecho algo maravilloso?
Ninguna de esas cosas es mala, pero no son lo que Andrés estaba buscando, y no era lo que Cristo le prometió cuando dijo: “Ven y verás”. Andrés estaba buscando al Mesías, Aquel que hace que incluso el Tiempo Ordinario sea extraordinario. Aquel que puede santificar las listas de tareas más largas y aburridas, en los días más largos y aburridos. Aquel cuya paz puede reinar en nuestros hogares el 25 de enero, no solo el 25 de diciembre.
Recuerda lo que buscas. Ven y lo verás.
– Tracy Earl Welliver, MTS
©LPi