Live the Liturgy ~ Inspiration for the Week
March 13, 2021
God’s messengers always seem to get mocked. They speak a truth that some folks do not want to hear. While on the one hand we admire them, we also are quite happy keeping them at a distance. After all, they are not referring to me but someone else, aren’t they? We often wrongly conclude that because we may be more avant-garde, contemporary, politically sensitive, and untraditional, we are somehow more in the light than others. People tend to prefer darkness more than light, even the most spiritually sensitive among us. The light always carries with it the richness of God’s mercy and compassion which see beyond ideologies and concepts to relationships that cultivate life, earthly and eternal. Every hand of compassion and mercy extended to a human being must always point back to God. The call always involves ordering our lives in accord with our truth and essence of being. As God never forgets us, we must never forget God. Now is the time to take stock of our infidelity and return to the light, even though it is difficult to look at.
©LPi
VIVIR LA LITURGIA ~ INSPIRACIÓN DE LA SEMANA (Live the Liturgy)
Los mensajeros de Dios siempre parecen ser objeto de burla. Dicen una verdad que algunas personas no quieren escuchar. Si bien por un lado los admiramos, también nos alegra mucho mantenerlos a distancia. Después de todo, no se refieren a mí, sino a otra persona, ¿no es así? A menudo llegamos a la conclusión errónea de que debido a que podemos ser más vanguardistas, contemporáneos, políticamente sensibles y no tradicionales, de alguna manera estamos más en la luz que otros. La gente tiende a preferir la oscuridad más que la luz, incluso los más sensibles espiritualmente entre nosotros. La luz siempre lleva consigo la riqueza de la misericordia y la compasión de Dios que ven más allá de las ideologías y conceptos hacia las relaciones que cultivan la vida, terrena y eterna. Cada mano de compasión y misericordia que se extienda a un ser humano siempre debe apuntar hacia Dios. La llamada implica siempre ordenar nuestra vida de acuerdo con nuestra verdad y esencia de ser. Como Dios nunca nos olvida, nunca debemos olvidarnos de Dios. Ha llegado el momento de hacer un balance de nuestra infidelidad y volver a la luz, aunque sea difícil de mirar.
©LPi