Live the Liturgy ~ Inspiration for the Week

What an ironic twist of events! Jesus is hailed with palm branches as he comes down a street one minute and faces agonizing suffering and death on a cross the next. Does any of this make any sense? They shouted, “hosanna to our King,” out of one side of their mouths and, “crucify him,” out of the other. At first glance it seems like such hypocrisy. Yet, when we step back there may be more truth to the story than we care to admit. We struggle with Jesus. We hail him in our churches but struggle to figure out what to do with him on our streets. We are fine when we hear pious renderings of his messages and preaching but wince when it gets to the part about changing the way we conduct business and becoming more sensitive to the disadvantaged, poor and marginalized. We invoke God’s name when we want victory and keep silence when it comes to global solidarity. We talk out of both sides of our mouths too, looking only to what works or suits us at the time and leaving the rest. There exists in each one of us a person who hails our King with hosannas and a person who is all too willing to choose Jesus over Barabbas for the cross. Something to think about this Holy Week!

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VIVIR LA LITURGIA ~ INSPIRACIÓN DE LA SEMANA (Live the Liturgy)

¡Qué giro tan irónico de los acontecimientos! Jesús es saludado con ramas de palma cuando baja por una calle un minuto y se enfrenta al sufrimiento agonizante y la muerte en una cruz al siguiente. ¿Algo de esto tiene algún sentido? Gritaron “hosanna a nuestro Rey” por un lado de la boca y “crucifícalo” por el otro. A primera vista, parece tanta hipocresía. Sin embargo, cuando damos un paso atrás, puede haber más verdad en la historia de la que queremos admitir. Luchamos con Jesús. Lo alabamos en nuestras iglesias, pero luchamos por averiguar qué hacer con él en nuestras calles. Estamos bien cuando escuchamos interpretaciones piadosas de sus mensajes y predicación, pero nos estremecemos cuando se trata de cambiar la forma en que hacemos negocios y ser más sensibles a los desfavorecidos, los pobres y los marginados. Invocamos el nombre de Dios cuando queremos la victoria y guardamos silencio cuando se trata de solidaridad mundial. Nosotros también hablamos con ambos lados de la boca, mirando solo lo que funciona o nos conviene en ese momento y dejando el resto. Existe en cada uno de nosotros una persona que saluda a nuestro Rey con hosannas y una persona que está muy dispuesta a elegir a Jesús sobre Barrabás para la cruz. ¡Algo en qué pensar esta Semana Santa!

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