Everyday Stewardship ~ Recognize God in Your Ordinary Moments
January 1, 2022
The Light of the Moon
If you own a television that has been turned on at any point in the last month or so, chances are you’ve caught at least a scene or two of the 1946 classic film “It’s a Wonderful Life.”
If you’re not familiar with the movie, it follows the life of George Bailey from childhood through adulthood. A dreamer by nature, George has big plans for himself that involve world exploration and adventure — but family and community obligations keep him tethered to the same spot on the map, leading an altogether ordinary life.
One of the most memorable scenes from that movie is of George dancing with his sweetheart Mary while they sing “Buffalo Gals — Won’t you come out tonight/And dance by the light of the moon?”
That lyric always catches my ear. Of course, the moon doesn’t have any light of its own. All the moon has is the ability to reflect the light that shines upon it.
The same holds for us, doesn’t it? Our stewardship is purely a reflection of the grace granted to us by another. “Upon you the LORD shines,” writes Isaiah, “and over you appears his glory.” Every good action we will ever take begins in the mind of God. The fact that we have the honor of carrying it out on His behalf is a beautiful gift. It is God that makes our ordinary lives extraordinary.
In the end of the movie, George Bailey realizes that he had a far greater life because, instead of being the hero of his own story, he allowed himself to reflect goodness onto others.
Remember — the magi didn’t chart their own course. They merely followed the star.
— Tracy Earl Welliver, MTS
©LPi
LA CORRESPONSABILIDAD DIARIA ~ RECONOCER A DIOS EN LOS MOMENTOS ORDINARIOS (Everyday Stewardship)
La Luz de la Luna
Si tienes un televisor que se ha encendido en algún momento durante el último mes, es probable que hayas captado al menos una escena o dos de la película clásica de 1946 “¡Que Bello es Vivir!”
Si no estás familiarizado con la película, esta sigue la vida de George Bailey desde la infancia hasta la edad adulta. Un soñador por naturaleza, George tiene grandes planes para sí mismo que involucran la exploración del mundo y la aventura, pero las obligaciones familiares y comunitarias lo mantienen atado al mismo lugar en el mapa, llevando una vida completamente ordinaria.
Una de las escenas más memorables de esa película es la de George bailando con su amada Mary mientras cantan “Buffalo Gals – ¿No saldrás esta noche / y bailarás a la luz de la luna?”
Esa letra siempre me llama la atención. Por supuesto, la luna no tiene luz propia. Todo lo que tiene la luna es la capacidad de reflejar la luz que la ilumina.
Lo mismo vale para nosotros, ¿no? Nuestra corresponsabilidad es puramente un reflejo de la gracia que nos ha otorgado otro. “Sobre ti resplandece el SEÑOR,” escribe Isaías, “y sobre ti aparece su gloria.” Toda buena acción que vayamos a tomar comienza en la mente de Dios. El hecho de que tengamos el honor de llevarlo a cabo en su nombre es un hermoso regalo. Es Dios quien hace que nuestras vidas ordinarias sean extraordinarias.
Al final de la película, George Bailey se da cuenta de que tuvo una vida mucho mejor porque, en lugar de ser el héroe de su propia historia, se permitió reflejar la bondad en los demás.
Recuerda: los magos no trazaron su propio curso. Simplemente siguieron la estrella.
— Tracy Earl Welliver, MTS
©LPi