Everyday Stewardship ~ Recognize God in Your Ordinary Moments

January 22, 2022

Plant Your Works in the Word

One of the things about Scripture is that even the smallest word and shortest phrase can be critical to the overall message. When you take a quiet moment to rest with the Word, you find how quickly the most mundane sentence can reach out and grab you, pulling you into a deeper contemplation of some truth you hadn’t even considered until then.

But we often fail to act as the Israelites in the Book of Nehemiah, standing before the Water Gate “listening attentively.” Whether it’s at Mass during the Liturgy of the Word or at home poring over the Bible, time after time we find ourselves less mindful than we could be. Our ears accept the sounds of the words and our eyes glance over the shape of the letters.

But are we mindful — truly?

The best answer is hopefully at least sometimes. There are always tasks to be completed, problems weighing on our minds that we can’t quite give over to God. We lose ourselves in these things instead of in Scripture. We “clock in” with Bible reading instead of “diving in.” 

We can never forget that the words of the Lord are spirit and life. They are the soil that quickens the seed of all stewardship. There is no mindfulness, no prayer, no graciousness, no gratitude or accountability or sense of commitment unless there is the Word.

So let us pray today for mindfulness, that our every action will be grounded in the law of God — giving it true spirit and life.

— Tracy Earl Welliver, MTS

©LPi

LA CORRESPONSABILIDAD DIARIA ~ RECONOCER A DIOS EN LOS MOMENTOS ORDINARIOS (Everyday Stewardship)

Planta tus obras en la Palabra

Una de las cosas acerca de las Escrituras es que incluso la palabra más pequeña y la frase más corta pueden ser críticas para el mensaje general. Cuando tomas un momento de tranquilidad para descansar con la Palabra, te das cuenta de la rapidez con la que la oración más mundana puede llegar y atraparte, llevándote a una contemplación más profunda de alguna verdad que ni siquiera habías considerado hasta entonces.

Pero a menudo fallamos en actuar como los israelitas en el Libro de Nehemías, parados frente a la Puerta del Agua “escuchando atentamente.” Ya sea en la Misa durante la Liturgia de la Palabra o en casa estudiando detenidamente la Biblia, una y otra vez nos encontramos menos conscientes de lo que podríamos estar. Nuestros oídos aceptan los sonidos de las palabras y nuestros ojos miran la forma de las letras.

Pero ¿somos conscientes, de verdad?

La mejor respuesta, esperemos sea, al menos algunas veces. Siempre hay tareas que completar, problemas que pesan en nuestras mentes y que no podemos entregar muy bien a Dios. Nos perdemos en estas cosas en lugar de en las Escrituras. Nos “registramos” con la lectura de la Biblia en lugar de “sumergirnos.”

Nunca podemos olvidar que las palabras del Señor son espíritu y vida. Ellas son el suelo que aviva la semilla de toda corresponsabilidad. No hay conciencia plena, oración, gracia, gratitud, responsabilidad o sentido de compromiso a menos que exista la Palabra.

Así que oremos hoy por la conciencia plena, que cada una de nuestras acciones se base en la ley de Dios, dándole verdadero espíritu y vida.

Tracy Earl Welliver, MTS

©LPi