EVERYDAY STEWARDSHIP – RECOGNIZE GOD IN YOUR ORDINARY MOMENTS

July 16, 2022

Be Ready for God to “Stop By”

In my experience, most people can be divided into two groups: those who are old enough to remember when you kept food on hand for company, and those who aren’t.

For those of you in the latter group, let me explain. Before text messaging and social media made us all unconditionally, mercilessly reachable, people would do this thing called “stopping by.” They would be passing by a friend’s house, maybe on the way home from work or shopping, and they would just … stop. With no warning. No notice whatsoever. “I was just in the neighborhood,” they would say. I remember my mother and I would do this on many a Saturday. It wasn’t an everyday occurrence, but it was common enough that you had to be ready.

“Crazy,” you might exclaim. “People just appeared on your doorstep? How did you cope with the uncertainty?” Well, most of us had moms who kept a little something on hand to eat or drink that was extra nice, just in case anyone stopped by. That way, we were always ready.

Today’s readings are about a lot of things: prayer, hope, redemptive suffering. They’re about what it means to be a Christian, and not just what it means to do Christian things.

Most of all, though, they’re about readiness. If God showed up at your door, would you be ready for Him? Would you be ready for what He gives you, or what He takes away? Would you be ready for Him to interrupt the plans you have for yourself? To disrupt the idea you carry in your mind of what a servant or a steward is supposed to be?

Read your Bible. Say your rosary. Go to Mass. Get to Confession. Talk to God — every day, not just when you think you need Him. That way, you are always ready. — Tracy Earl Welliver, MTS ©LPi

LA CORRESPONSABILIDAD DIARIA – RECONOCER A DIOS EN LOS MOMENTOS ORDINARIOS (Everyday Stewardship)

Esté preparado para que Dios “pase”

Según mi experiencia, la mayoría de las personas pueden ser divididas en dos grupos: los que tienen la edad suficiente para recordar cuándo se tenía comida a mano para las visitas y los que no.

Para aquellos de ustedes en el último grupo, déjenme explicar. Antes de que los mensajes de texto y las redes sociales nos hicieran a todos accesibles incondicionalmente y sin piedad, la gente hacía esto llamado “pasar por aquí.” Estaban pasando por la casa de un amigo, tal vez camino a casa del trabajo o de compras, y simplemente… se detenían. Así sin advertir. Sin aviso alguno. “Solo estaba en el vecindario,” decían. Recuerdo a mi madre y a mi hacer esto en muchos sábados. No era algo que ocurriera todos los días, pero era lo suficientemente común como para que tuvieras que estar preparado.

“Que locura,” podrías exclamar. “¿Las personas solo se aparecían en tu puerta? ¿Cómo lidiaste con la incertidumbre?” Bueno, la mayoría de nosotros teníamos mamás que tenían a mano algo para comer o beber que era muy agradable, en caso de que alguien pasara por allí. De esa manera, siempre estábamos preparados.

Las lecturas de hoy son sobre muchas cosas: la oración, la esperanza, el sufrimiento redentor. Se trata de lo que significa ser cristiano, y no solo de lo que significa hacer cosas cristianas.

Sobre todo, se tratan de preparación. Si Dios apareciera en tu puerta, ¿estarías listo para Él? ¿Estarías listo para lo que Él te diera, o para lo que Él te quitara? ¿Estarías listo para que Él interrumpiera los planes que tienes para ti? ¿Para interrumpir la idea que llevas en tu mente de lo que se supone que es un servidor o un corresponsable?

Lee tu Biblia. Reza tu rosario. Ve a Misa. Ve a la Confesión. Habla con Dios, todos los días, no solo cuando creas que lo necesitas. De esa manera, siempre estarás listo. — Tracy Earl Welliver, MTS ©LPi