LIVE THE LITURGY – INSPIRATION FOR THE WEEK

May 21, 2022

Everyone wants to experience peace. When we look to the world to provide this for us, we can easily get disappointed. We associate peace with an absence of war and conflict, good relationships between neighbors and coworkers, the achievement of success and even the absence of noise! While all of these are worthy endeavors, pursuing them exclusively as a path to experiencing peace sets us up for failure. When we look for peace outside of ourselves, it will never be found. True and lasting peace is something that comes from within and not something we can produce on our own or receive from others. Peace is discovered when we experience an inner wholeness and harmony. It is born of a sense of connectedness with a God who is larger and greater than ourselves, gifting us with His presence. It is the only the peace offered by the Risen Christ that can settle our hearts and calm our fears. Regardless of the degree of turmoil around us, this sense of completeness that Jesus gives anchors our boats and prevents us from sinking. ©LPi

VIVIR LA LITURGIA – INSPIRACIÓN DE LA SEMANA (Live the Liturgy)

Todos quieren experimentar la paz. Cuando buscamos que el mundo nos proporcione esto, podemos decepcionarnos fácilmente. Asociamos la paz con la ausencia de guerra y conflicto, buenas relaciones entre vecinos y compañeros de trabajo, el logro del éxito e incluso la ausencia de ruido. Si bien todos estos son esfuerzos valiosos, perseguirlos exclusivamente como un camino para experimentar la paz nos prepara para el fracaso. Cuando buscamos la paz fuera de nosotros mismos, nunca la encontraremos. La paz verdadera y duradera es algo que viene de adentro y no algo que podamos producir por nuestra cuenta o recibir de otros. La paz se descubre cuando experimentamos una plenitud y armonía internas. Nace de un sentido de conexión con un Dios que es mayor y más grande que nosotros, regalándonos su presencia. Es la única paz ofrecida por Cristo Resucitado que puede calmar nuestro corazón y calmar nuestros miedos. Independientemente del grado de tumulto que nos rodea, esta sensación de plenitud que Jesús nos da ancla nuestros barcos y evita que nos hundamos. ©LPi