LIVE THE LITURGY – INSPIRATION FOR THE WEEK
June 25, 2022
God calls us in the midst of ordinary things. Often only looking for God in the dramatic, spectacular, the ritual or the sacred places, we miss that He is walking beside us. Every moment of every day, in every circumstance and experience, God is calling to us, “Follow me.” Sometimes, we are too distracted to hear this call. Other times, we would rather ignore it or pretend it wasn’t heard. God, however, is very persistent. Whether we fine tune our hearing to receive this invitation now or when we close our eyes in death, we need to make a choice. The choice involves leaving some things behind and moving forward, taking risks. Choosing to keep focused and single-minded, the lens we then use to see our world and one another is God’s, not our own. Life is no longer about what is important or matters to me but what matters to God. We acquire a new filter and are asked to use that filter to make choices, establish priorities, and determine what direction we will take, and how to love. Once we accept God’s invitation, we cannot keep looking back to what was left behind, only forward to the surprises yet to come.
©LPi
VIVIR LA LITURGIA – INSPIRACIÓN DE LA SEMANA (Live the Liturgy)
Dios nos llama en medio de las cosas ordinarias. A menudo, solo buscando a Dios en lo dramático, espectacular, el ritual o los lugares sagrados, nos perdemos que Él está caminando a nuestro lado. En cada momento de cada día, en cada circunstancia y experiencia, Dios nos está llamando: “Sígueme”. A veces, estamos demasiado distraídos para escuchar esta llamada. Otras veces, preferimos ignorarlo o fingir que no se escuchó. Dios, sin embargo, es muy persistente. Ya sea que sintonicemos nuestra audición para recibir esta invitación ahora o cuando cerremos los ojos en la muerte, debemos tomar una decisión. La elección implica dejar algunas cosas atrás y seguir adelante, asumiendo riesgos. Al elegir mantenernos enfocados y decididos, el lente que usamos para ver nuestro mundo y los demás es de Dios, no el nuestro. La vida ya no se trata de lo que es importante o me importa a mí, sino de lo que le importa a Dios. Adquirimos un nuevo filtro y se nos pide que lo usemos para tomar decisiones, establecer prioridades y determinar qué dirección tomaremos y cómo amar. Una vez que aceptamos la invitación de Dios, no podemos seguir mirando hacia atrás a lo que se quedo, solo hacia las sorpresas que están por venir. ©LPi